El Pinar de los Belgas, también conocido como monte «Cabeza de Hierro» cuenta con un Plan de Ordenación de los Recursos Forestales desde 1957. Desde entonces se aplican en su superficie tratamientos selvícolas con un doble objetivo: proteger y producir. Estos tratamientos permiten, a la vez que conservar el bosque, obtener productos forestales, como la madera, que fue tradicionalmente aprovechada por la industria y los habitantes de la zona, generando puestos de trabajo y riqueza. En la actualidad el pinar cuenta con un stock de madera en venta en su serrería.
Periódicamente se extraen un número de pinos del monte (unos 5.000 m3 al año) dejando así espacio para que tenga lugar la regeneración natural. El pino silvestre (Pinus sylvestris), principal especie del monte que se acompaña en las zonas más bajas del rebollo (Quercus pyrenaica), necesita que la luz llegue al suelo para que sus semillas puedan brotar y crecer.
Después de 40 años de ordenación del monte, el número de árboles ha aumentado un 36% y la masa se ha renovado considerablemente, eliminándose árboles debilitados y enfermos que podrían ser foco de plagas y enfermedades. También ha mejorado la calidad del suelo y la vegetación acompañante y se observa una mayor abundancia de especies de fauna, como por ejemplo, el buitre negro. Este último hecho hizo que se incluyera en la zona de especial protección para las aves (ZEPA) Alto Lozoya en la que también está presente el águila imperial.
Estas actuaciones selvícolas han permitido cumplir sobradamente los tres objetivos generales de la gestión forestal:
-Persistencia y estabilidad:
–Rendimiento sostenido: logrando compatibilizar el aprovechamiento continuo con el mantenimiento y mejora de la masa.
-Máximo de utilidades: no se han mermado los usos no productivos del monte (protección de los suelos, regulación de los regímenes hídricos, recreo, paisaje, etc.) sino que se han potenciado.
Fuentes: Arbolapp, SEOBirdlife y Cuadernos de la Sociedad Española de Ciencias forestales